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miércoles, 11 de septiembre de 2013

COMO HACE 150 AÑOS, PEREIRA CELEBRA SU FUNDACION ALREDEDOR DE LA EUCARISTIA

Las imágenes del Bolivar Desnudo y la Virgen de la Pobreza, y los cientos de cuidadanos que llegaron hasta el centro de la ciudad, fueron testigos de la celebracion eucaristica con la que Pereira festejó sus 150 años de fundacion, cuando aquel 30 de agosto de 1863 alrededor del altar, el presbítero Remigio Antonio Cañarte le dio la bendicion a una nueva urbe.

Esta vez el encargado de transmitir el mensaje de Jesucristo a través del Evangelio fue el Nuncio Apostólico en Colombia, excelentísimo Monseñor Ettore Balestrero quien presidió el Te Deum y la Eucaristía de Acción de Gracias, entregando de nuevo al cielo las labores de los ciudadanos, sus líderes y sus gobernantes.
El Nuncio destacó en sus palabras el estrecho vínculo que tiene la ciudad con Dios a través de la Sagrada Eucaristía, arraigados en la fe cristiana desde el 23 de febrero de 1953 con la llegada del primer obispo a la Diócesis.
Invitó además a los ciudadanos a seguir trabajando unidos por el progreso de este territorio, reconociendo también el espíritu emprendedor de su gente.
“Es tarea de todos sembrar semillas de civismo, sentido de unidad y pertenencia. Todos tienen que participar por el bien de la ciudad y así crecer en las raíces históricas y cristianas que la sustentan”, dijo.
Además, transmitió el mensaje del Papa Francisco para acabar con la corrupción y dedicar los esfuerzos en pro de la población vulnerable y necesitada.
“El panorama de crecimiento de esta ciudad convive con la urgencia de satisfacer las necesidades básicas de la población. Por eso es necesario buscar a Dios, porque si buscamos a Dios buscamos la justicia. Ahora los habitantes de Pereira son discípulos llamados a construir una ciudad eterna pero terrena, siendo más sinceros, más coherentes y rechazando la corrupción”.
Finalmente y antes de encomendar a Pereira a la Virgen de Nuestra Señora de la Pobreza, cuya imagen fue engalanada como el día del nacimiento de la ciudad, el Excelentísimo Monseñor Ettore pidió que las expresiones de la fe católica y la persona de Jesús sean el centro de la vida personal y comunitaria.
“Los invito a cada uno de ustedes a poner la Eucaristía en el centro de sus vidas, de sus actividades y de la ciudad misma para asemejarse un poco a la Jerusalén celeste que significa ciudad de la paz, donde reine la justicia y por tanto el amor”.
También el obispo de la Diócesis de Pereira, Monseñor Rigoberto Corredor Bermúdez, agradeció la presencia del Nuncio en la ciudad, pero destacó principalmente la acogida que los fieles católicos demostraron durante la celebración, siendo ellos testimonio de la vida de fe que se ha conservado en los 150 años de historia de Pereira.


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